Cuando sientes el deseo de ser mejor persona, de cambiar, cuando sientes que algo no va bien, cuando te falta paz, si te cuesta trabajo dormir, cuando estas en problemas de manera constante, cuando sigues intentando y te sigues equivocando, cuando sientes que lo has intentado todo y no no logras que las cosas sean como tu quisieras.

Cada persona es única, por esa razón sus necesidades son diferentes, aunque tengan los mismos síntomas, tenemos que tomar en cuenta la historia de vida que también es distinta, el tipo de temperamento y otros aspectos que son relevantes considerar en cada persona.

El tiempo también es variado, pero depende de la dedicación y el compromiso que cada persona hace consigo mismo, entre más compromiso menor es el tiempo de terapia, estamos hablando aproximadamente de 7 sesiones regularmente en un primer proceso.

Han estigmatizado la terapia en este sentido; sin embargo, la realidad es que un tratamiento terapéutico es para personas que no se conforman y deciden conocer lo mejor de su persona; lo anterior, te ayuda a madurar, a conocer habilidades y capacidades que no te habías dado cuenta que tenías, te ayuda a darte cuenta de las áreas de oportunidad que tienes que trabajar.

La vida siempre tiene dos caras, tú decides como comenzar a ver las cosas, si de una manera negativa y catastrófica o de una manera positiva y encontrando lo mejor de la vida, a veces nos concentramos más en los problemas que no alcanzamos a ver las demás oportunidades de bienestar que nos ofrece la vida, condicionamos muchas veces a nuestro pensamiento a ver solo lo malo que pensamos que es lo único que hay en nuestra vida.

En realidad, el trabajo consiste en que se conozca la persona, que se dé cuenta de sus errores y defectos, pero también pueda reconocer todas sus cualidades, capacidades y habilidades, que logre un autoconocimiento para pasar a un autocontrol, estos pasos se consideran en la primera etapa del proceso terapéutico.